Hormigas
A pesar de ser algunas especies reconocidas, en ocasiones, como plagas en ambientes urbanos o agrícolas, de forma general las hormigas desempeñan un papel indispensable en la naturaleza. Por ejemplo, en la descomposición de la materia orgánica y el ciclo de nutrientes, aumentando la humedad del suelo, dispersando semillas, como fuente de alimento o siendo depredador, a su vez, de numerosos animales…
Sin embargo, la introducción de especies de hormigas no autóctonas, que suelen tener una gran capacidad de adaptación y de explotación de los hábitats urbanos hace que las poblaciones de hormigas autóctonas disminuyan o desaparezcan. De forma general las características principales de las especies dominantes en las ciudades son: capacidad de alimentación de numerosas fuentes de alimento, sin requerimientos estrictos a las hora de establecer sus nidos, oportunistas y con elevada flexibilidad, con capacidad para responder rápidamente a los cambios en el ambiente.
Morfología
Existe gran diversidad de tamaños, oscilando entre 1 y 20 mm. Su color suele ser de marrón amarillento a negro. Morfológicamente se caracterizan por una cabeza grande en la que las antenas están acodadas, formando un ángulo muy evidente. Sólo los ejemplares reproductores (reinas y machos) tienen alas, aunque las hembras se desprenden de ellas tras el apareamiento. Las no reproductoras (obreras) no tienen alas. Entre el tórax y el abdomen (redondeado y habitualmente más grueso) suele haber un estrechamiento o cintura, que se conoce como pedicelo. Algunas especies tienen aguijón.
Biología
De forma general las hormigas viven en colonias con un número variable de ejemplares Dentro de la colonia las hormigas están divididas en castas: trabajadoras, machos y hembras (reinas), estando cada casta especializada en diversas tareas con el fin de mantener la colonia.
Las trabajadoras son hembras no reproductoras. Son las más numerosas y son las que mantienen la colonia; recolección de alimentos, cuidado de los huevos e inmaduros, limpieza y defensa de la colonia. En algunas especies hay obreras de diferente tamaño y con diferentes funciones. Pueden vivir desde pocos meses a varios años.
La reina es una hembra reproductora. En la mayor parte de las especies, cuando la hembra llega a adulta se aparea con un macho (generalmente, en un vuelo nupcial ya que son aladas) una sola vez. Una vez producida la cópula, los machos suelen morir mientras la hembra pierde las alas, busca un sitio donde excavar una nueva colonia y empieza a poner huevos. La reina cría y alimenta a esta primera generación de obreras, que cuando se desarrollen se encargaran de las siguientes generaciones.
En otras especies con poca capacidad de vuelo, las hembras originan nuevas colonias a partir de la original, moviéndose y llevándose con ellas algunas trabajadoras e inmaduros. En estas especies las reinas se originan a partir de trabajadoras alimentadas con una dieta especial. La reina puede vivir desde 1 año a más de 10 dependiendo de la especie. Muchas especies sólo tienen una reina por colonia, sin embargo algunas especies de hormigas pueden tener más de una reina (hasta miles) poniendo huevos.
Las hormigas son capaces de alimentarse de numerosos tipos de alimento. Las presentes en ambientes urbanos sueles preferir alimentos ricos en azucares, carbohidratos, aceites y proteínas. Pueden alimentarse de otros animales, néctar de las flores y sobre todo la melaza que excretan los pulgones y otros insectos. Las obreras almacenan el alimento en su estomago y lo comparten posteriormente con otras obreras, inmaduros y la reina.
Una característica de muchas especies es su capacidad de dejar un rastro químico para reclutar obreras para la recolección, defensa o emigración a nuevos sitios.