Tijereta o cortapichinas
MORFOLOGIA
Las tijeretas son fácilmente identificables gracias a sus pinzas, llamadas fórceps, que poseen en el extremo posterior de su largo y estrecho cuerpo. Mudan de huevo a ninfa, con cuarto estadios ninfales, y finalmente a adultos. Al final de este proceso suelen medir entre 1 y 2,5 centímetros de longitud. Con una coloración pardo/rojiza, un par de cortas antenas, y dos pares de alas. Algunos adultos pueden volar. Esto es debido a los élitros y, especialmente, al segundo par de alas, más grandes y membranosas.
BIOLOGIA
A finales del invierno las hembras hacen la puesta, la primera oscila entre 30 y 80 huevos. Son unas excelentes madres que cuidan con devoción de sus huevos, limpiándolos y desparasitándolos. Incluso cuando estos eclosionan continúan protegiendo y cuidando de las ninfas, hasta que finalmente abandonan el nido.
Para crear los nidos suelen escarbar unos centímetros bajo la tierra o las piedras. También pueden servir algunos arboles de corteza hueca. Pero si el sitio no es el adecuado, y son molestados, la hembra buscará una nueva ubicación.
COMPORTAMIENTO
Son insectos solitarios, sedentarios y de hábitos nocturnos. Por el día se protegen en lugares oscuros y tranquilos como grietas u oquedades. Además de en exterior, podemos encontrarlos en cualquier edificación. En las zonas húmedas de las cocinas o en condiciones de humedad elevada como sótanos o bodegas.
En cuanto a la alimentación son consideradas como omnívoras, pero principalmente comen materia vegetal. No compiten por nuestra comida como hacen otros insectos (cucarachas u hormigas).
Sus tijeras, o fórceps, les sirven para capturar presas. También se alimentan de otros insectos. Pero son inofensivas para el ser humano.
Las tijeretas actúan como agentes naturales de control biológico en jardines, y no están considerados como plaga perjudicial para los cultivos.