Encontrar rastros de chinches de cama es esencial para comenzar con el proceso de desinsectación, ya sea de forma doméstica o a través de una empresa especializada en control de plagas.
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Presencia de ejemplares
Sin duda la mayor pista de existencia de chinches es la propia detección de los mismos en vivo. Es difícil ver chinches vivos, no ya por su tamaño sino porque están adaptados a esconderse y huyen de la luz.
Hay numerosos sitios donde puede llegar, si tiene suerte, a ver ejemplares vivos. En el artículo qué son las chinches de cama tiene indicaciones de cómo reconocerlos físicamente por su tamaño o color.
Picaduras
Las picaduras de chinches de cama dejan puntos rojizos y zona inflamada en la zona afectada. Hay muchas personas que no reaccionan a las picaduras, por lo que no puede determinarse en muchas ocasiones la presencia de plaga únicamente por este motivo. En el artículo Picaduras de chinches de cama tiene más información al respecto.
Olor dulzón
Las chinches de cama desprenden un olor dulzón para llamar a otros ejemplares a alimentarse. En plagas de gran tamaño puede detectarse este olor en las estancias afectadas y, con el uso de perros adiestrados, localizar los focos de la misma.
Restos biológicos
Otra señal indicativa de la presencia de chinches de cama son los restos biológicos. Podemos hablar de los excrementos, similares a las de las cucarachas, que dejan unos pequeños puntos oscuros, y que podemos encontrar sobre todo en estos lugares:
- Somier o soporte de la cama.
- Soportes de las cortinas o estores.
- Pequeñas grietas y agujeros en la pared.
- Huecos entre la pared y las ventanas y puertas.
- Huecos entre enchufes y pared.
Las cutículas que dejan cuando mudan también son reconocibles. Las podrá reconocer porque son similares a la piel de las lentejas.
Rastros de sangre en la cama
Otro rastro reconocible pueden ser las manchas de sangre en las sábanas o almohadas. Mucha gente se mueve inconscientemente mientras las chinches se alimentan y las aplastan, dejando rastros de sangre en la cama.